Te amo tanto que me pone enfermo
que ya no estés a mi lado,
no como, no bebo, no vivo, no duermo,
soy un juguete roto, inservible, abandonado.
Las penas no son comestibles
ni los buenos momentos pasados,
es un deseo profundo, pertinaz e incontenible
de luchar contra lo incierto y dejar de sentirme alienado.
Estoy tan lejos que ya no puedo recuperarte,
el olvido se ha comido los besos que te regalé,
he aparcado mis complejos pa volver a enamorarte
tú me dices que estoy ciego, yo sé que no quiero ver
más que tu cuerpo desnudo abrazándome en mi cama,
más que tus ojos alegres aplacando mi inquietud,
tus manos acariciándome, devorando mi desgana,
tu sonrisa recordándome que no necesito más luz.
Pero ahora divago entre sombras
e intento no desesperarme,
ahora camino a solas
y lo único que temo es no volver a encontrarte.
Has olvidado lo que te quería,
aunque no te lo dijera muchas veces,
cometí muchos errores, me perdí en mil tonterías,
pero ahora sin tu presencia lo estoy pagando con creces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario