Escapo sin saber de qué,
y me pierdo en mitad de la nada,
llanuras, valles, majadas
es todo lo que quiero ver.
Me acogen en su seno
como si fuera uno más,
no juzgan, ni ponen freno
a lo que pueda pensar.
El sonido de los pájaros
trinando entre los árboles,
entre pólenes y ácaros,
entre orígenes y aire.
Aire que penetra en mis pulmones,
limpiándolos de decepciones
sumergiéndome en esa inmensa calma.
Agua que se mueve a trompicones,
en remansos y rabiones
mojando raíces y ramas.
Olvido mis obligaciones,
me siento en total armonía,
son menos mis afecciones,
no me pierdo en tonterías.
Y no me hacen falta bares,
no me hace falta asfalto,
si puedo subirme a un monte
y gritar desde lo alto.
Y no me hace falta dinero
si puedo ver horizontes
y puedo ser lo que quiero
sin rutinas ni uniformes.
Pero otros lazos me atan...
y despierto de mi sueño,
mi condición me delata,
sudor, fatigas y empeño.
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